aeropuerto

28/08/2010
Hola amigos,
este post debía haber sido escrito ayer desde la espera de dos horas dentro del avión que nos llevó a El Cairo. Sí dos horas de retraso. Primero nos informa el comandante en tono muy cachondo que, sintiéndolo mucho, de las tres pistas de que dispone Barajas para el despegue de aviones, dos se encuentran cerradas por temas de mantenimiento (segruo que están Manolo y Benito haciendo de las suyas, jejeje). Esto en principio nos retrasaría una horita, pero, vaya, otra vez el comandante se dirige a nosotros por la megafonía y nos informa de que estemos tranquilos y que dejemos el pasillo libre porque tenemos una incidencia médica al fondo del avión. Acto seguido todo el pasaje se fija en la persona que están atendiendo los servicios médicos del aeropuerto. Después de otros largos minutos de espera, al fin los servicios médicos se llevan al paciente y otra vez el cachondo comandante nos vuelve a informar de que era un pasajero que venía de Malabo y al parecer no traía los papeles sanitarios en regla y ya había sido atendido en el día de ayer... blablabla, lo que, por supuesto, nos ha hecho perder el puesto en la cola de despegue, a la que llegaremos al cabo de dos horas de tiempo de espera. Al fin despegamos, ya estamos en ruta al país de los faraones.
A las doce de la noche hora local aterrizamos en el aeropuerto de El Cairo. Ahora la rutina de los viajes: comprar el visado, cambio de divisa, pasar controles y recogida de maletas.
Después, al salir, nos espera el representante de la agencia que nos llevará al hotel: ruta por las nocturnas caravanas de coches llegamos al fin a la una de la noche.
Mañana más.